martes, 10 de septiembre de 2013

Comunicación y Economía (la óptica de Bernardo Kliksberg)


Economía es la ciencia de la administración de los recursos escasos; es lógico que sea una de las ramas de conocimiento que más interesan a cualquier ser humano. Sin embargo, comprenderla se hace arduo ¿Qué sucede en la comunicación entre los economistas consagrados como tales y quienes -a duras penas- manejamos nuestra economía doméstica? Muchas veces, los mensajes estas sesgados por intereses que intentan ocultar, tornándose confusos.

 En los medios de comunicación más importantes encontramos un diluvio de juicios infundados o lo que es peor, mal fundados, que parecen ser el origen de la confusión. Bernardo Kliksberg (http://es.wikipedia.org/wiki/Bernardo_Kliksberg) nos muestra unas gravísimas falacias, demasiado frecuentes, que nos pueden orientar para discernir lo verdadero de lo falso en informes económicos.

 Reproducimos algunos fragmentos de su esclarecedor trabajo “Diez falacias sobre los problemas sociales de América Latina” http://cdi.mecon.gov.ar/biblio/docelec/gcba/polsoc/d27.pdf, y recomendamos leer el original completo, a quien quiera comprender bajo una nueva luz la economía.
 

Diez falacias sobre los problemas sociales

de América Latina

Bernardo Kliksberg

 

·       PRIMERA FALACIA: LA NEGACION O LA MINIMIZACION DE LA POBREZA
      
La falacia de desconocer o relativizar la pobreza, no es inocua. Tiene severas consecuencias en términos de políticas públicas. Si hay pobres en todos lados, y los ha habido siempre ¿por qué dar al tema tan alta prioridad?
...

·     SEGUNDA FALACIA: LA FALACIA DE LA PACIENCIA
       …
       El mensaje que se está enviando es de hecho, que la pobreza puede esperar. ¿Realmente puede esperar? La realidad indica que el mensaje tiene una falla de fondo, en muchísimos casos, los daños que puede causar la espera son simplemente irreversibles, después no tendrán arreglo posible.
Muchos de los países de la región tienen importantes posibilidades naturales de producción de alimentos. Sin embargo, como se ha visto una tercera parte de los niños más pequeños esta en inseguridad alimentaria pronunciada. Ello parece difícil de entender. Influyen factores como los que identifican la Organización Panamericana de la Salud (OPS) y CEPAL en investigación conjunta (1998): “Se observa en casi todos los países de la región un incremento en enfermedades no transmisibles crónicas asociadas con alimentación y nutrición. Las medidas de ajuste implementadas por los países han afectado la disponibilidad nacional de alimentos y han tenido repercusiones negativas sobre el poder de compra de los grupos más pobres amenazando la seguridad alimentaria”.
Nuevamente se trata de daños de carácter irreparable. La falacia niega de hecho el análisis de la irreversibilidad de los daños. Lleva a políticas en donde bajo la idea de que las cosas se arreglaran después, no se da la prioridad que correspondería a cuestiones elementales para la supervivencia. Nuevamente además de las ineficiencias que significan esas políticas en cualquier visión de largo plazo de una sociedad hay una falta ética fundamental. Frente a la pobreza debería aplicarse una “ética de la urgencia”, no es posible esperar ante problemas tan vitales como los descriptos.
 
·       TERCERA FALACIA: CON EL CRECIMIENTO ECONOMICO BASTA.

El pensamiento económico ortodoxo de gran difusión en la región lanza el mensaje básico de que todos los esfuerzos deben ponerse en el crecimiento…Dirige las miradas a los pronósticos sobre el aumento del producto bruto, y el producto bruto per capita.

Despierta las expectativas de que todo está bien si ellos crecen a un buen ritmo. Plantea explícitamente  que logradas metas importantes de crecimiento todo lo demás se resolverá. El mismo fluirá hacia abajo, a través del famoso efecto “derrame” y ello solucionará los "rezagos" que pudieran existir en el campo social.

El siglo XX, ha enseñando muy duramente una y otra vez, que el último juez que decidirá si las teorías sobre el desarrollo son validas o no, no es su grado de difusión, sino lo que cuentan los hechos. Ellos han desmentido muy fuertemente que la realidad funcione como la ortodoxia supone que debería funcionar.

La experiencia de los países en desarrollo y también de los industrializados muestra que no es meramente mas crecimiento sino mejor crecimiento lo que determina en qué medida aumenta el bienestar.
       …

·       CUARTA FALACIA: LA DESIGUALDAD ES UN HECHO DE LA NATURALEZA Y NO OBSTACULIZA EL DESARROLLO
       La asociación entre un crecimiento lento y una elevada desigualdad se debe en parte al hecho de que esa elevada desigualdad puede constituir en sí misma un obstáculo para el crecimiento.
Hay en América Latina 60 millones de PYMES, que generan 150 millones de empleos. Sólo tienen acceso al 5% del crédito.

·       QUINTA FALACIA: LA DESVALORIZACION DE LA POLITICA SOCIAL.
        …
Así como existían quienes no querían oír hablar de la palabra pobreza, en la falacia que desvaloriza la política social, se ha llevado a que toda la discusión al respecto se haga en términos de “gasto social”. En realidad, no hay tal gasto. Bien gerenciados los recursos para lo social constituyen en la gran mayoría de los casos inversiones de un alto retorno.
En vez de compensar los efectos de la lógica económica, la política social debe concebirse como condición indispensable del desarrollo económico.
Es posible que las tasas de crecimiento de América Latina no puedan ser más del 3 o el 4%, a distancia de las necesarias, en tanto no se cuente con la participación y el aporte de la mitad de la población que está comprendida en los porcentajes más bajos de ingresos”.

·       SEXTA FALACIA: LA MANIQUEIZACIÓN DEL ESTADO
…Creó la concepción de que existía una oposición de fondo entre Estado y sociedad civil, y había que elegir entre ambos.
       ...
El funcionamiento sin regulación del mercado llevó a profundizaciones de las brechas particularmente de las de inequidad. Se dio una marcada tendencia bajo las nuevas reglas de juego a la constitución de monopolios que significaron en la práctica la imposición de cargas muy pesadas a los consumidores, y a las pequeñas y medianas empresas, ahogando a estas últimas.
La falacia de la maniqueización del Estado lleva a consecuencias muy concretas, al deslegitimar su acción deja abierto el terreno para su debilitamiento indiscriminado, y la desaparición paulatina de políticas públicas firmes en campos cruciales como los sociales.
Es imprescindible reformar y mejorar la eficiencia estatal y erradicar la corrupción. Pero para ello es necesario avanzar en otra dirección totalmente distinta a la de la falacia. No satanizar al Estado, sino ir construyendo administraciones públicas descentralizadas, transparentes, abiertas a la participación comunitaria, bien gerenciadas, con carreras administrativas estables fundadas en el mérito.

·       SEPTIMA FALACIA: LA INCREDULIDAD SOBRE LAS POSIBILIDADES DE APORTE DE LA SOCIEDAD CIVIL.
De ese enfoque van a surgir políticas públicas de apoyo muy limitado, casi “simbólico” y por “cortesía” a las organizaciones de la sociedad civil, y una desconfianza fuerte a depositar en ellas responsabilidades realmente relevantes.
Todas estas organizaciones tienen un gran peso y una fuerte participación en la acción social en el mundo desarrollado. Recaudan recursos considerables, se les delegan funciones crecientes por parte del Estado, están interrelacionadas con la acción pública de múltiples modos Están basadas fuertemente en trabajo voluntario. Movilizan miles y miles de personas que dedican anónimamente considerables horas a llevar adelante sus programas. Hacen aportes considerables al producto bruto nacional con trabajo no remunerado.
Estudios del Banco Mundial atribuyen al capital social y el capital humano dos terceras parte del crecimiento económico de los países, y diversas investigaciones dan cuenta de los significativos impactos del capital social sobre la performance macroeconómica, la productividad microeconómica, la gobernabilidad democrática, la salud pública, y otras dimensiones.

·       OCTAVA FALACIA: LA PARTICIPACIÓN; SÍ, PERO NO.
Los programas sociales hacen mejor uso de los recursos, logran mejor sus metas, y crean auto-sustentabilidad si las comunidades pobres a las que se desea favorecer participan desde el inicio y a lo largo de todo su desarrollo y comparten la planificación, la gestión, el control y la evaluación.
       ...
En América Latina el discurso político ha tendido a reconocer crecientemente a la participación. Seria claramente antipopular enfrentar la presión pro-participación tan fuerte en la sociedad, y con argumentos tan contundentes a su favor. Sin embargo, los avances reales en cuanto a la implementaron efectiva de programas con altos niveles de participación comunitaria son muy reducidos. Siguen predominando los programas “llave en mano”, e impuestos verticalmente, donde los decisores o diseñadores, son los que saben y la comunidad desfavorecida debe acatar sus directivas, y ser sujeto pasivo de los mismos. También son usuales los programas en donde se hacen fuertes apelativos a que se trata de programas  participativos, cuando en realidad hay un mínimo contenido real de intervención de la comunidad en la toma de decisiones.
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La comunidad multiplica los recursos escasos, sumando a ellos incontables horas de trabajo, y es generadora de continuas iniciativas innovativas. Asimismo la presencia de la comunidad es uno de los pocos medios probados que previene efectivamente la corrupción. El control social de la misma sobre la gestión es una gran garantía al respecto que se pierde al impedir la participación.
Por otra parte el divorcio entre el discurso y la realidad es claramente percibido por los pobres, y lo resienten con descontento y frustración.
       Se limitan así las posibilidades de programas donde se ofrezca participación genuina porque las comunidades están “quemadas” al respecto por las falsas promesas…
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·       NOVENA FALACIA: LA ELUSIÓN ÉTICA
… toma con frecuencia el rostro del “pragmatismo”. Arguye, “es imposible discutir de ética, cuando no hay recursos”. Sin embargo, más que nunca cuando los recursos son escasos debería debatirse a fondo sobre las prioridades. En los países en que ese debate se libra, los resultados suelen ser muy distintos -en términos de prioridades y de resultados sociales- a aquellos en donde se elude.
La discusión sobre las prioridades finales es la única que garantiza un uso socialmente racional de los recursos.
       ...
Los recursos que hacen falta para solventar las brechas sociales más importantes de la región  no son tan cuantiosos como se supone imaginariamente;  una parte importante de ellos pueden obtenerse reordenando prioridades, fortaleciendo un sistema fiscal progresivo y eficiente, y generando pactos sociales para aumentar los recursos.

·       DECIMA FALACIA: NO HAY OTRA ALTERNATIVA
      Una argumentación preferida en el discurso económico ortodoxo es la alegación de que las medidas que se adoptan son las únicas posibles. No habría otro curso de acción alternativo. Por tanto los graves problemas sociales que crean son inevitables. La larga experiencia del siglo XX es plena en fracasos históricos de modelos de pensamiento que se auto-presentaron como el pensamiento único”. Parece demasiado complejo el desarrollo, como para poder pensar que solo hay una sola vía. Por otra parte en diferentes regiones del globo los hechos no han favorecido al “pensamiento único”.
       
En este ambiente la falacia de “que no hay otra alternativa” resulta cada vez más insostenible en la América Latina actual. Por una parte a nivel internacional como se advierte empieza a haber una cada vez más activa búsqueda de alternativas diferentes. Por otro lado, hay en el escenario histórico presente países que han obtenido desempeños altamente exitosos en lo económico y lo social siguiendo vías distintas al pensamiento económico ortodoxo preconizado en la región como entre ellos: Canadá, varios países del sudeste asiático como Corea del Sur, Japón, los países nórdicos: Noruega, Suecia, Dinamarca, Finlandia, Israel, Holanda, y otros. Pero el argumento fundamental es la realidad misma: el pensamiento único ha producido resultados muy dudosos en América Latina.
      ...

 

UNA MIRADA DE CONJUNTO

 

Hemos visto cómo la existencia de falacias de extensa circulación que presentan una visión distorsionada de los problemas sociales de América Latina y de sus causas, y llevan a graves errores en las políticas adoptadas, es parte misma de los retrocesos y de la dificultad  por mejorar la situación. No ayudan a superar la pobreza y la desigualdad, y por el contrario con frecuencia las refuerzan estructuralmente.

Estas visiones no son la causa única de los problemas, que tienen profundas raíces internas y externas, pero oscurecen la búsqueda de las causas, y pretenden legitimar algunas de ellas. Buscar caminos diferentes exige enfrentar y superar estas y otras falacias semejantes. Ello aparece en primer lugar como una exigencia ética.

 
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Fuente y artículo completo: http://cdi.mecon.gov.ar/biblio/docelec/gcba/polsoc/d27.pdf

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